Candice se volvió hacia Edward, quien también se volteó para verla. Los dos parecían tener una conexión telepática, pero no se dijeron nada.
Pronto, el médico privado se apresuró al patio trasero de los Nicholsons.
La mano de Chloe estaba quemada. Había ampollas rojas e hinchadas en ella, y en algunas partes la piel se había desprendido, haciendo que se viera extremadamente horrible.
—Me duele —dijo Candice, sintiendo tanto dolor que sus lágrimas continuaron cayendo cuando aplicaron la medicina.
—Mamá, ¿qué pasó con la tía? —preguntó Paola, horrorizada al ver la escena.
—Tu tía se quemó con la sopa caliente hace un momento y le duele mucho. Paola, tienes que tener cuidado en el futuro. No te lastimes, ¿de acuerdo? —Candice consoló suavemente a Paola.