Nox apretó los dientes. No estaba de humor para saber nada más sobre Shelly, así que siguió desplazándose.
Preocupado, abrió el Whatsapp de Shelly. Quizás esa mujer fue lo suficientemente inteligente como para publicar la foto directamente y borrarla del álbum.
En el momento en que hizo clic en su Whatsapp, Shelly lo bloqueó con su mano.
—¡Shelly! —Los ojos de Nox se estrecharon.
—Es mi privacidad.
—¿Privacidad? Estás escondiendo algo, ¿verdad? —Nox estaba seguro.
—Te dije, no tomé ninguna foto de nosotros. Dado que me repugnas tanto, ¿por qué tomaría alguna foto? —dijo Shelly sin rodeos.
—¿A quién llamas repugnante? —Nox estaba furioso.
—¡Eres repugnante! —Shelly se negó a ser sumisa por más tiempo.
—Shelly, ¿qué estás tramando esta vez? —Nox la miró fríamente—. Fuiste tú quien intentó meterse en mi cama en aquel entonces, ¿y me llamas repugnante? ¿Por qué no dices que eres la repugnante?