En una lujosa sala privada del club nocturno, Zoe dudó por un momento. Al final, decidió salir de la habitación privada.
Solo se iría por un rato de todos modos, así que no debería ser un problema.
Ya que estaba aquí, podría hacer lo que quisiera de una vez por todas, o tendría ganas de hacer algo más en el futuro.
Miró a Nox varias veces más para asegurarse de que no despertaría antes de salir nerviosa y emocionada de la habitación privada.
En el momento en que salió, vio a la camarera en la puerta y dijo rápidamente —Tú, entra y vigila a la persona de adentro. Si se despierta, llámame de inmediato, ¿de acuerdo?
Shelly miró a Zoe.
Desde que fue llevada aquí para servir el otro día, el supervisor la había trasladado. Sin embargo, solo habían pasado dos días desde el traslado, y se había encontrado con Nox y Zoe de nuevo. Además de eso, se dio cuenta de que Nox estaba borracho.
—¿Me escuchaste?— El tono de Zoe era severo.
Shelly respondió respetuosamente:
—Sí.
