"Cuando sabes que no tienes otra opción, solo puedes aceptarlo—Candice no era lenta ni ansiosa, pero sí indiferente al mundo secular.
Era como si la vida y la muerte dependieran del destino y la riqueza, nada podía ser forzado.
Que sera, sera, esa era su forma de verlo.
Monica estaba a su lado y la miraba.
De repente sintió... Si Edward realmente le gustaba Candice, quizás la persona herida no era Candice.
Después de todo, Candice parecía ser... insensible.
Tal vez Monica se preocupaba demasiado por ello.
Para Edward, ¿a quién más podría gustarle? ¡¿Y qué si le gustaba alguien?!
En su corazón, lo más importante era aún el poder y la política. No importaba cuán triste estuviera, ¿cuán triste podría estar?
Monica no dijo nada más, y tampoco sabía qué decir. No quería consolar a Candice de bondad, pero tampoco podía burlarse de ella.
Entonces, eligió mantener una distancia segura que no fuera ni muy cercana ni muy lejana.