La garganta de Alex se movió levemente.
Apretó su puño y continuó en silencio.
—Cuando te conocí por primera vez, dijiste que yo soy tu hermano —Edward parecía haber hecho una pausa por un momento.
Alex también parecía recordar aquella imagen de una vez.
En ese tiempo, Edward tenía cuatro años mientras él tenía siete.
Había pasado tanto tiempo y Edward aún lo recordaba.
—Dijiste que, en este mundo, yo soy tu única familia. Que solo confiarías en mí —Edward dijo en voz baja.
A veces parecía que estuviera contando la historia de otra persona.
—Así que durante mucho tiempo, solo recuerdo esa frase, esa frase en la que dijiste que solo confiabas en mí —La voz de Edward era calmada cuando dijo—, para estar a la altura de tu confianza en mí, trabajé duro para hacer todo por ti, para ayudarte a superar todos los obstáculos que se interponían en el camino de tu gran trabajo, para ayudarte a hacer todas las cosas crueles y sangrientas, para ayudarte paso a paso, a crear historia.