—¿Has dormido con Mónica? —Jeanne adivinó correctamente.
Aunque no estaba segura, podía saberlo por la expresión de Finn.
—Eso está bien. —Jeanne sonrió débilmente.
Mónica, esa tonta, finalmente había encontrado su lugar.
Pensaba que los dos deberían haber aprendido a valorarse aún más después de haber pasado por tanto. Ahora, no tenía que preocuparse de que volvieran a romper.
—¿Qué pasa con Nox? —Tras mostrar preocupación por la felicidad de Mónica, tenía que preocuparse un poco por Nox.
Finn estaba preparando el equipo para sacarle sangre mientras respondía:
—Se está recuperando muy rápidamente. Lo fui a ver hace dos días y ya podía ponerse de pie por sí mismo.
—¿Tan pronto? —Jeanne se sorprendió gratamente.
En ese momento, las esquinas de su boca se curvaron en una gran sonrisa.
Edward miró su sonrisa. Hacía tiempo que no veía a Jeanne sonreír tan radiante.
No fue una respuesta de compromiso sino una sincera.