Jeanne escuchó la conversación entre Finn y Alex. Aunque no podía escuchar claramente lo que decía Alex, podía adivinar más o menos.
—No es nada —dijo ella—. Estoy segura de que el bebé es fuerte.
La garganta de Finn se movió. —Pensaré en una forma de trasladar el examen aquí.
—No te pongas en una posición difícil —Jeanne realmente no quería que nadie saliera lastimado por su culpa.
—Sí —Finn asintió.
Luego, se fue.
Jeanne miró la espalda de Finn y a los hombres que la custodiaban antes de darse la vuelta y entrar en el salón.
¡Se preguntó si alguna vez podría salir de esa puerta otra vez en esa vida!
…
Edward despertó tres días después.
Cuando despertó, Jeanne estaba durmiendo a su lado, en silencio y profundamente.
Su garganta se movió ligeramente. Tenía miedo de despertarla. Incluso tenía miedo de que ella desapareciera repentinamente. Por lo tanto, simplemente la miraba, sin moverse, hasta que ella frunció el ceño y se despertó.
