Mason miró a Jeanne y su terquedad.
Si incluso Kingsley no podía controlar a Jeanne, él estaba aún más indefenso. Por lo tanto, acompañó a Jeanne y cavó una tumba para Kingsley.
El hoyo no era muy profundo, pero al menos podía enterrar a Kingsley y darle un lugar seguro para descansar en paz.
Después de cavar una tumba para Kingsley, cavaron otra para Lucy.
Luego, enterraron a Kingsley y Lucy juntos.
Ella no sabía si Lucy estaría dispuesta a morir y aún estar con Kingsley, pero ella era egoísta. Esperaba egoístamente que Lucy pudiera acompañar a su tío.
Tenía la sensación de que en el momento en que Kingsley murió, podría haber tenido algunos remordimientos acerca de Lucy.
Si había un supuesto infierno o una vida después de la muerte, esperaba que Kingsley pudiera enfrentar sus sentimientos con valentía y compensar sus arrepentimientos en esta vida.
Después de cavar, las manos de Jeanne y Mason estaban ya arañadas más allá del reconocimiento.