El invierno llegó mucho antes del final del semestre y la motivación de Keeley murió junto con él, pero logró superar los finales por los pelos. Estaba completamente preparada para hibernar durante las próximas dos semanas hasta que comenzaran las clases de nuevo.
Sus amigos de la universidad se habían ido a casa, incluso Valentina fue a visitar a familiares que vivían en Nueva Jersey porque era demasiado caro volar a casa por tan poco tiempo, pero la buena noticia era que Jeffrey y Lydia volverían por las vacaciones. Ellos eran lo único que podía motivarla a salir de su casa y enfrentar el frío.
Gimió y se despegó del sofá. —¡Voy a salir, papá!
—Está bien, ten cuidado —le contestó desde su habitación mientras ella se ponía el gorro y los guantes al salir por la puerta.