—Keeley, debes sacar la cazuela —la recordó Aaron—, sacándola de sus pensamientos relacionados con la investigación.
Ella se apresuró a buscar los guantes de horno y la sacó justo antes de que el queso comenzara a quemarse. Perderse en la Tierra de la Genética no era una buena idea cuando se suponía que debía concentrarse en otra cosa.
—Lo siento —dijo Keeley apenada—. Estaba pensando en un posible nuevo tema de investigación.
Aaron sonrió. Sabía cuánto había estado luchando para encontrar algo nuevo. —¿Enserio? Cuéntame.
—Después de la cena. ¿Podrías ir a buscar a Violet por mí?
Asintió y marchó escaleras arriba para hacerle saber que la comida estaba lista. Keeley cantó una de sus canciones favoritas mientras ponía la mesa y servía trozos de cazuela para su familia. Estaba de excelente humor ahora que podría tener una pista a seguir en su investigación.