Cynthia no paraba de hablar de algo que a Gray no le importaba especialmente, pero él seguía sonriendo y asintiendo mientras su mente divagaba. La tecnología de fertilidad había avanzado mucho en las décadas que él estuvo encerrado. Si lograba encontrar a una mujer, no sería completamente imposible para él convertirse en padre...
La idea de encontrar a alguien para que diera a luz a un hijo únicamente para cumplir su deseo de tener una familia no le resultaba atractiva. Gray realmente preferiría que alguien como Keeley Hale, que milagrosamente logró amar a su frío esposo, apareciera en su vida. Pero las probabilidades de que eso sucediera eran prácticamente nulas.
Incluso si una mujer se enamorara de él, tendría que mantener su verdadera naturaleza en secreto por el resto de su vida. ¿Realmente quería eso?