—Me gusta lo que hiciste con el lugar —dijo Gray con tranquilidad—. Te mantuviste fiel a la integridad del original.
—Gracias —respondió Aaron con aspereza.
No hizo esto buscando agradecimientos. Solo le importaba mantener su imagen de hermano para que lo que el hombre había estado planeando en prisión no le afectara más tarde.
Keeley sabía lo que estaba pensando su esposo debido a cuánto se había quejado mientras contrataba a personas para que se ocuparan del desastre de apartamento por él. Pensó que sería mejor terminar con este almuerzo lo antes posible.
Kaleb aún estaba en casa y tenía curiosidad por saber por qué ambos se habían tomado el día libre. Ellos lo descartaron diciendo que había un recado que tenían que hacer juntos que solo podía hacerse durante la semana. Él lo aceptó con facilidad y volvió a ver fútbol en sus pijamas, completamente despreocupado.
—¿Vamos a buscar sushi ahora? —preguntó Keeley dulcemente.