El viernes, Violet estaba en medio de ensayar su escena con el hada madrina y todos los ratones lacayos cuando de repente la agarraron por detrás. Las únicas levantadas en esta escena debían ser hechas por todos los lacayos levantándola juntos sobre sus cabezas, así que giró la cabeza, dándose cuenta de que algo estaba mal.
—¿Qué demonios
Se encontró con la cara radiante de su hermano gemelo. —¿Qué pasa, Vi? ¿No estás feliz de verme?
—¡Kal! ¿Qué haces aquí? Pensé que regresabas a casa la próxima semana.
Hizo una cara dramática y herida, y se quejó con voz baja. —No te veo desde Pascua y así es como recibes a tu hermano favorito?
Violet rodó los ojos y se dio la vuelta para abrazarlo adecuadamente. —Eres un idiota. Te extrañé.
Abigail miró a los dos curiosamente desde varios metros de distancia antes de acercarse a ella y susurrarle al oído. —Violet, ¿este es tu novio? Pensé que salías con ese chico de pelo oscuro.