—Keeley estaba durmiendo con la cabeza en el regazo de su esposo cuando éste recibió la llamada del portero informando que Lacy Knighton estaba allí para verlo —Finalmente, parece que había adivinado que él estaba en el ático. La gente tenía que saber en qué apartamento estaba un inquilino para siquiera conseguir que el portero llamara.
—Ella me está acosando —dijo Aaron fríamente—. Ponla en la lista de personas que no pueden entrar. Si intenta entrar al edificio, sácala.
—Sí, señor —respondió el portero profesionalmente—. ¿Quiere que contacte a la policía por usted?
—No es necesario por ahora. Gracias.
La policía no podría hacer nada porque ella no había hecho ninguna amenaza activa recientemente. Solo él y Keeley sabían la verdad sobre cuán peligrosa era ella.
Miró hacia abajo a la dulce cara de su esposa durmiendo —Ella había depositado su confianza en él —tenía que mantenerla a ella y a sus hijos a salvo.