Los ojos de Robert se abrieron de par en par y Aaron se sintió tentado de reír. Tuvo la misma reacción la primera vez que Keeley presumió de los logros de su novio.
—Eso... guau. Son muchos idiomas para alguien de tu edad.
Él se encogió de hombros. Sus padres lo inscribieron en lecciones de idiomas antes de que ingresara a la escuela primaria.
—La adquisición de idiomas es más fácil cuanto más joven eres. Estoy trabajando en portugués e italiano también, ya que comparten componentes similares al español y francés, pero no me consideraría fluido.
—Creyido —Keeley tosió tan apenas que su padre no lo escuchó pero Aaron ciertamente sí.
Frunció el ceño, disgustado. ¿Cuál era su problema? Metió el pan de ajo en el horno con cierta fuerza y cruzó los brazos apretadamente mientras se unía a ellos en la mesa.
Intentó cambiar de tema. —Entonces, ¿qué hay para cenar? Huele delicioso.