Porque Keeley había reído, Aaron se preguntó si ella ya estaba bien. Le afectó un poco al ego que se riera porque él se insultó a sí mismo, pero aún así se sintió aliviado.
—¿Continuar insultándome a mí mismo te hará sentir mejor? —preguntó, perfectamente serio—. Lo haría si eso la ayudaba a animarse.
Ella sonrió y negó con la cabeza—. Mejor guárdalo para ocasiones especiales. Fue el elemento sorpresa lo que me impactó más que nada. No todos los días se escucha a una persona engreída insultándose a sí misma.
—Prefiero la palabra 'seguro de mí mismo'.
Aaron tampoco estaba muy seguro de sí mismo ahora. Hubo un tiempo en que lo había estado, pero eso fue antes de que arruinara completamente su vida y la de la persona que más le importaba. Lo único en lo que estaba seguro ahora era en el negocio, ya que tenía décadas y décadas de capacitación y experiencia.