Todos los miembros de la boda guardaron silencio mientras el planificador de bodas repasaba el borrador de la ceremonia y leía en voz alta los títulos para que todos supieran cuándo vendría cada cosa. El contenido real se guardaría para el gran día, así no se arruinaría la sorpresa.
—Bien, todos, salgan en dos filas rectas. ¡Sé que en el pasillo estarán en parejas pero así no será cuando salgan! —ordenó el planificador de bodas.
—Dama de honor, ¡entrega a la novia su ramo antes de que vaya! ¡Camina más recto! Niña de las flores, ¡no dejes que tu canasta arrastre por el suelo!
Una vez que completaron su retiro del lugar de la boda a la satisfacción de ella, les hizo practicar entrar en lugares asignados. Jeffrey y Keeley eran menos importantes que los familiares en la fiesta de la boda, así que eran la penúltima pareja en bajar por el pasillo antes de que la novia hiciera su gran entrada.