—Entonces, ¿por qué no le dices simplemente lo que sientes? —preguntó Philip—. Estoy seguro de que Dimitri te escuchará amablemente.
—Sé que me escuchará. A lo que le temo es... que me rechace, supongo. —Ángel dijo con una voz solemne—. El capitán fue quien me salvó de las calles.
Ángel le contó a Philip cómo ella y Dimitri se conocieron por primera vez.
—Cuando era adolescente, era una carterista, tratando de sobrevivir y comprar medicina para mi madre enferma. Mi padre acababa de morir por la misma enfermedad y no quería que mi madre lo siguiera en el más allá y me dejara sola. —Ángel explicó—. En ese entonces, otras personas no eran muy amigables con los refugiados atlantes y no nos daban la oportunidad de trabajar para ganarnos la vida como lo hacen otras personas. Así que recurrí a robar carteras y hurtos en las calles, y fue ahí donde el capitán me atrapó haciendo tales cosas ilegales.
—Nunca pensé que fueras una ladrona en aquel entonces. —Philip dijo entre risas.