Nota: Este capítulo tiene contenido maduro. Leer bajo su propia discreción.
Regaleon tiró suavemente de mis brazos que ocultaban mi pecho sobre mi cabeza y sonrió con satisfacción. Me sentía tan cohibida que trataba de no mirarlo a la cara. Para entonces, sentí sus manos en la parte superior de mis montículos y los apretó.
—¿Qué estás… ahhh? —Un suave gemido salió de mis labios.
—Te extrañé mucho, mi Lili —Regaleon dijo con voz ronca.
El tacto de Regaleon era suave y me hacía estremecer de placer.
—Ahhmm… L-León —sentí que mi cuerpo se calentaba con solo su toque.
—Tu cuerpo ha madurado bellamente —dijo Regaleon—. Su rostro estaba sonrojado de deseo.
Al principio, Regaleon masajeaba suavemente mi pecho, pero luego sentí que su rostro se acercaba y tomaba uno de mis montículos en su boca.
—Ahhhh... —Un gemido escapó de mis labios una vez que sentí el roce de sus labios en mi pecho—. L-León… hmmm… no…