(Punto de vista de Regaleon)
—Adiós, Reina Patricia de Jennovia —sujeté firmemente la espada y la apunté hacia el corazón de la reina.
Pero antes de poder clavar mi espada en su cuerpo, sentí peligro detrás de mí. Cuando me di la vuelta, una lluvia de flechas cayó sobre mí. Utilicé mi espada para bloquear las flechas que casi me alcanzaban y quemé las siguientes flechas con mi fuego.
Debido a la interminable lluvia de flechas, retrocedí. Fue entonces cuando me di cuenta de que había una gran distancia entre la reina y yo.
—Tch —me sentí irritado—. Esta era la verdadera intención del enemigo, separarme del lugar donde estaba la reina.
De la nada, un grupo de caballeros llegó a defender a la reina. El sumo sacerdote que se llevó al príncipe heredero regresó con refuerzos.
—¿Creen que pueden impedirme matar a esa p*ta?! —dije con ira.