—La primera vez que te vi, supe con certeza que tú eres la única para mí —Gladiolo tomó mi mano y la presionó en sus mejillas—. Me enamoré de ti a primera vista. Entonces supe por qué Sati no estaba destinada para mí, fue porque tú eres la única para mí.
Creo que sus sentimientos hacia mí son genuinos, pero lo que me repugna son sus delirios. ¿Por qué pensaría que estamos destinados el uno al otro? ¿Ha inyectado su madre tales pensamientos en él?
—Eres mía, y sólo mía —dijo Gladiolo con los ojos llenos de deseo—. Eso me hizo sentir escalofríos en la piel.
Luego sentí que su mano me jaló fuertemente hacia él y me tomó por sorpresa. Sus labios se apoderaron de los míos en un beso.
—Hmm... no... mhmm —Traté de empujarlo con fuerza, pero mi fuerza no es nada comparado con la suya.
Los brazos de Gladiolo me rodearon y no pude salir. Mis labios estaban en su poder y no pude hacer más que retorcerme en sus brazos.