Después de lo que pasó con Gladiolo, me aseguré de no ir a ningún sitio sin un acompañante. William ha estado a mi lado desde entonces. Hubo momentos en que coincidencialmente nos encontramos con Gladiolo en los pasillos, pero hasta ahora no hizo nada como la última vez.
—¡Dios mío! Nunca pensé que haría tal cosa contigo —mi madre dijo telepáticamente.
Desde que Gladiolo llegó al palacio, mi madre y yo estábamos jugando a la segura por si acaso. Ella mantuvo su actuación incluso cuando estaba en sus habitaciones visitándola.
—No estoy seguro de por qué está tan obsesionado conmigo —le dije.
—Es debido al acto de matrimonio entre nuestra familia. Creen que nuestros poderes mágicos disminuirán si nuestra sangre se mezcla con personas que no son de la realeza —madre suspiró.
—¿Ha venido aquí a visitarte? —pregunté.
—Sí. Desde que volvió, me visita al menos una vez al día —madre respondió—. No te preocupes, no me hizo nada. Ha sido muy respetuoso en cada visita.
