(Punto de vista de Regaleon)
—Ten cuidado —dijo Alicia cuando nos separamos de un beso.
—Siempre lo estoy —le sonreí—. Porque alguien me está esperando para que regrese.
Tomé mi espada que había dejado en el suelo. Me levanté y caminé hacia la puerta. Miré atrás una última vez antes de salir por la puerta.
—Espérame —dije con una sonrisa suave.
—Lo haré —respondió Alicia con una sonrisa.
Salí y vi a mis caballeros restantes protegiendo la entrada.
—Cuiden bien la entrada. Asegúrense de no permitir que entre nadie —les ordené.
—Sí, su alteza —respondieron los caballeros.
Miré alrededor y todo lo que podía ver era un mar de llamas bloqueando nuestro camino. Mi magia se inclina hacia el fuego, la madera y los elementos de viento y no tengo ningún medio para detenerlo. No podemos escapar de aquí sin ayuda externa. Necesito encontrar una forma de enviar un mensaje a Dimitri y rápido.
«Tempestad, ¿dónde estás?» llamé a mi familiar telepáticamente.