Después del anuncio, Regaleon me llevó escaleras abajo y hacia la pista de baile.
Era costumbre que después del anuncio del compromiso, la pareja recién comprometida tenga su primer baile.
Regaleon y yo caminamos lado a lado. Mis brazos están enganchados en los suyos. La multitud nos abrió paso.
Cuando llegamos al centro de la pista de baile, Regaleon me colocó cuidadosamente frente a él. Se inclinó con gracia.
—¿Puedo tener este baile? —Regaleon dijo mientras extendía su mano.
—Ciertamente, su alteza. —Hice una reverencia, recordando ser elegante.
Regaleon rodeó su mano izquierda en mi cintura y su otra mano envolvió la mía. Coloqué con elegancia mi otra mano en su hombro.
Para cuando estábamos en la postura de baile, mis ojos se pasearon a nuestro alrededor. Los invitados habían formado un círculo, con nosotros en el centro. Sus ojos están sobre nosotros. Me puse tensa una vez que sentí su presencia.
Regaleon debe haber sentido que me tensé en sus brazos.
