Me puse mi capa y capucha y salí del carruaje. León me escuchó y miró a su alrededor con una cara seria.
—Vuelve adentro —León dijo con autoridad—. Si todavía fuera la débil Alicia de antes, habría obedecido dócilmente. Pero sé algo que León no sabe.
—Por favor, cree en mí —le dije a León con calma—. Él me miró seriamente y suspiró.
—Entiendo —León dijo pero no bajó la guardia.
Sé que siempre estaré segura con León cerca. Quizás él no lo sepa, pero yo ya sabía acerca de los hombres en las sombras que trabajan para él, gracias a Nieve. Los hombres trabajando para él son fuertes, y estoy segura de que no están lejos de nosotros.
No le he contado a León acerca de mi conocimiento sobre sus hombres. Estoy segura que tiene sus razones para no contármelo. Sólo deseo que me lo explique pronto.
—Oh, ¿esta es la hermosa hermana? —dijo el joven de cabello rojo—. Déjanos ver tu hermoso rostro.
—No estoy aquí para cumplir tu deseo, señor —dije—. Estoy aquí para negociar.