Regresaba furiosa a la propiedad con una sola cosa en mente, y eso era enfrentar a mi esposo por lo sucedido anoche.
Solo pensar que no me contó nada de esto durante toda la noche y toda la mañana que estuvimos juntos me enfurecía.
«Sé que necesito mantener la calma y escuchar el lado de mi esposo, pero solo pensar que vio el cuerpo desnudo de otra mujer me enfurece». Pensé mientras golpeaba mis pies.
Cuando estaba a punto de entrar en la mansión, una sirvienta bloqueó mi camino. Me detuve en seco mirándola curiosamente. Estaba un poco nerviosa mirando hacia mí y rápidamente se inclinó ante mí.
—S-Su majestad, lamento bloquear su camino, p-pero ¿puedo tener un momento de su tiempo? —dijo la sirvienta nerviosa.
—¡¿Cómo te atreves a bloquear el camino de Su Majestad?! —Guillermo estaba a mi lado en un instante. Levanté mi mano en gesto para que se detuviera.
—¿Qué es lo que deseas hablar que necesitas bloquear mi camino? —dije con voz fría.