(Este capítulo será escrito en tercera persona)
Cuando los guardias de Jennovia con la Reina Patricia y el Príncipe Gladiolo llegaron, lo que vieron fue una escena de tristeza. La concubina del príncipe heredero Elizabeth estaba sin vida. Su cuerpo estaba siendo acunado en los brazos de Alicia, con tres flechas sobresaliendo. La cara de Alicia estaba pálida por la angustia y el dolor. Su rostro estaba manchado de lágrimas mientras nuevas lágrimas seguían fluyendo de sus ojos.
Gladiolo se sorprendió por esta escena. Nunca quiso que le sucediera ningún daño a su concubina, especialmente a Alicia, quien iba a ser su esposa.
—¡¿Qué demonios pasó aquí?! —gritó Gladiolo con furia.
—P-Príncipe heredero... —el líder de los guardias del palacio en la escena tartamudeó—. E-Estábamos tratando de atrapar al enemigo y... —el guardia no pudo terminar.