Andy limpió el vapor del espejo en el baño, su toalla bien ajustada alrededor de ella. Su cabello colgaba húmedo y desordenado sobre sus hombros mientras alcanzaba la crema hidratante sobre el lavabo.
Tarareaba una melodía suave, emocionada pero nerviosa por el almuerzo con su familia y planeaba contarles a Aaron y a Harry sobre su matrimonio.
Sus pensamientos giraban mientras intentaba imaginar sus reacciones. ¿Estarían molestos? ¿Confundidos? ¿Felices?
Después de unos minutos, se puso la bata y salió al dormitorio. La vista de Alex la tomó por sorpresa. Él estaba junto al armario, abotonándose una camisa blanca y nítida.
Sus cejas se alzaron. —¿Vas a algún lugar? —preguntó, inclinando la cabeza.
Alex la miró y sonrió con suficiencia. —Sí. Voy contigo.
Andy se rió. —Estás bromeando, ¿verdad? ¿Almuerzo con mi familia? —preguntó, preguntándose cómo planeaba hacerlo, ya que él nunca salía de la casa, especialmente durante el día.