En el hotel donde se habían conocido por primera vez, Sonia y Bryan estaban acostados en la cama de la misma habitación en la que Bryan se había alojado en aquel entonces.
—Tengo una sorpresa para ti —dijo Sonia con una sonrisa, y Bryan levantó una ceja.
—¿Qué? —preguntó él, y ella cogió su teléfono y lo desplazó hasta encontrar lo que buscaba.
Ella sonrió al reproducirlo, y los ojos de Bryan se abrieron de sorpresa al reconocer de qué se trataba y una gran sonrisa se dibujó en su rostro. Era la grabación que ella había hecho mientras hablaban aquella noche. (Capítulo 20).
—Suena como si estuviera muy molesto y frustrado —dijo Bryan mientras escuchaba.
—Estabas muy frustrado y molesto —dijo Sonia con una risita.
—Eras tan terca y molesta —dijo él, y ella se rió.
—Te lo merecías todo por intentar usarme para salir de tu lío —dijo ella, y Bryan se rió mientras seguía escuchando la grabación que aún sonaba.