Jade se revolvió en su sueño cuando ya no pudo ignorar el rayo de sol que se filtraba a través de las persianas del dormitorio y perturbaba su sueño.
Cuando abrió los ojos, una sonrisa floreció en su rostro al darse cuenta de qué día era. Hoy era el día. Hoy, ella y Harry finalmente comenzaban sus tan esperadas vacaciones, pensó mientras se estiraba, la emoción burbujeando en su estómago como una fuerza tangible.
Se volteó, esperando encontrar a Harry a su lado, pero el espacio junto a ella estaba fresco y vacío. Una leve mueca de preocupación se formó en su frente, pero fue rápidamente borrada por la emoción del día que tenía por delante.
Su maleta, meticulosamente empacada días atrás, estaba junto a la puerta como un cachorrito ansioso, rebosante de anticipación por las aventuras que vendrían. Estaba impaciente por ver todo lo que Harry había planeado para ellos.