Sara pegó una sonrisa feliz en su rostro mientras observaba a Crystal comer durante el almuerzo juntas.
Sara no pudo evitar sentirse feliz y complacida consigo misma, sabiendo que sus planes estaban cayendo en su lugar perfectamente.
Su relación con Crystal había mejorado mucho en los últimos días desde que habían estado juntas, y estaba muy segura de que después de jugar su próxima carta, ganaría el amor y la confianza completos de la chica, que era lo que necesitaba para que su plan tuviera éxito.
Crystal notó de reojo que Sara la observaba, y ella se encontró con su mirada y sonrió —Esto todavía me parece un sueño —dijo Crystal, y Sara arqueó sus cejas perfectamente talladas.
—¿Qué? —preguntó Sara, y Crystal hizo un gesto con las manos que lo decía todo.
—Estar aquí. Que tú seas mi mamá. Todavía no puedo creer que tú seas mi mamá y que finalmente nos hayamos reunido. Nunca imaginé que conocería a mi madre —dijo Crystal, y Sara sonrió.