Lucy tenía una sonrisa satisfecha en su rostro mientras se acomodaba detrás de su escritorio. ¿Quién hubiera pensado que obtendría tal nivel de satisfacción de una confrontación?
Se había despertado sintiéndose muy feliz, entusiasmada y optimista. Tal vez fue porque se había despertado mucho antes que Tom y había pasado un tiempo mirándolo dormir tan tranquilamente mientras él llamaba su nombre en sueños y buscaba inconscientemente abrazarla, o tal vez fue por la forma en que sus ojos se iluminaron y sonrió tan amorosamente cuando abrió los ojos la vio observándolo dormir.
Había comenzado su día sintiéndose muy amada y enamorada, no solo de Tom sino también de su vida. Y como quería que siguiera siendo así decidió enfrentar todos sus problemas enfrentándolos en lugar de esperarlos.
No podía decir qué estaba pasando o por qué estaba cambiando tanto en tan poco tiempo, pero sabía una cosa con seguridad: le encantaba.