—¿Señor Hank? ¿Señor Jonas? —Un hombre en sus primeros sesenta llamó a los dos amigos mientras pasaba por la sección privada en la que estaban sentados con su esposa e hija. Ambos amigos, que habían estado riendo por algo que Lucy había dicho, levantaron la vista.
—Señor Reynolds —Ambos saludaron al ponerse de pie y excusarse de la mesa para saludar al anciano, mientras Harry intentaba ocultar su disgusto al ver a Tanya de pie junto a sus padres y mirándolo.
No sentía ni un poco de arrepentimiento por haberle hablado de la manera en que lo había hecho, y tampoco le gustaba encontrarse con ella de nuevo.
—Estoy seguro de que ambos ya conocen a mi encantadora esposa y a mi hermosa hija —dijo el señor Reynolds mientras los llevaba a su mesa, y Tom sonrió mientras asentía.
—Sí, las conocemos —dijo Tom mientras daba una reverencia educada de reconocimiento a ambas mujeres, y Harry hizo lo mismo.