Bryan tenía una mirada furiosa en sus ojos mientras observaba a Sonia sujetar una compresa de hielo contra su tobillo, que estaba ligeramente elevado sobre su cuerpo con almohadas. Estaba muy enojado y no quería más que gritarle, pero no encontraba la fuerza para hacerlo. Sentía que sería una pérdida de tiempo hacer eso ya que estaba tratando con una bruja terca.
Su médico había llegado hace un rato y después de examinar su tobillo le había dicho que necesitaba mantenerse alejado de sus pies durante al menos una semana para que su tobillo pudiera sanar adecuadamente. Eso significaba que estaba atrapado en su casa con esta bruja terca y loca.
—¿Por qué estás tan callado? —Sonia preguntó con curiosidad cuando notó cómo él seguía mirándola con enojo pero no decía nada. ¿Por qué todavía estaba enojado con ella cuando habían visto la llave?