```
Una suave sonrisa jugaba en los labios de Mia mientras dormía. Su frente se mantenía lisa, sin perturbarse por las ansiedades que a menudo la atormentaban durante sus horas de vigilia.
En el mundo onírico detrás de sus párpados cerrados, se encontró de pie junto a una encimera familiar con Jeff a su lado, sus brazos rozándose mientras se inclinaban sobre una sartén chisporroteante. El aroma del ajo y el romero chisporroteando llenaba el aire.
—Solo un poco menos de presión, Mia —la voz de Jeff, cálida y familiar, cortó el sueño—. Quieres sellarlo, no aplastarlo.
Mia soltó una risita, ajustando su agarre en la espátula. El intercambio juguetón, la tarea compartida, la compañía fácil - era todo lo que anhelaba pero nunca podía tener en el mundo real.
La carcajada danzaba al borde de sus labios mientras Jeff, con una sonrisa más amplia que la espátula, levantaba un bistec perfectamente sellado.