Mientras Lucy ordenaba su escritorio para salir a su sesión de terapia, Amy entró en su oficina.
—¿Puedo tener cinco minutos de tu tiempo? —preguntó Amy con esperanza, y Lucy resistió la urgencia de mirar su reloj de pulsera mientras asentía con la cabeza.
—Claro —dijo Lucy y le hizo un gesto a Amy para que se sentara.
—Siento molestarte. Simplemente no tengo a nadie más con quien hablar y, como dijiste que podía acudir a ti…
—No tienes que disculparte por nada y tampoco me estás molestando —Lucy la aseguró con una sonrisa amistosa.
—La prueba de embarazo salió negativa. El procedimiento falló —dijo Amy y Lucy no estaba segura de si expresar su alegría abiertamente o no, así que mantuvo una cara neutra.
—Iba a preguntarte si ya lo habías confirmado, pero no estaba segura de cómo sacar el tema sin sonar entrometida. ¿Cómo te sientes al respecto? —preguntó Lucy y Amy negó con la cabeza.