—Harry levantó una ceja cuando Jade abrió la puerta de su dormitorio, y su vista fue asaltada por el extremo rosado de su habitación.
No dijo nada mientras ella lo atraía hacia la habitación y una vez que cerró la puerta detrás de ellos, se volvió hacia él una vez más y lo abrazó fuertemente.
Mientras su mirada barría la habitación, observando la decoración adolescente así como todas las pegatinas de Barbie y los clips de fotos de ella en disfraces de baile decorando las paredes, no pudo evitar preguntarse cómo había conseguido mantener la cordura en tal entorno rosa, fuera adolescente o no.
Se sentía como si al salir de su habitación ahora, necesitaría un momento para que su vista se readjustase a otros colores.
—Todavía no puedo creer que estés aquí. Siento que estoy soñando —dijo Jade, ajena a sus pensamientos, y Harry rió mientras rompía el abrazo.
—No estás soñando —le aseguró mientras bajaba sus labios hacia los de ella.