—Entonces, ¿cómo estuvo el trabajo hoy? —Tom preguntó a Lucy mientras los llevaba a casa más tarde esa noche.—
—Estuvo bien —dijo Lucy encogiéndose de hombros mientras miraba por la ventana del coche.—
—¿Finalmente conociste al CEO hoy? —Tom preguntó, volteándose para echarle un vistazo, pero ella tenía la cara alejada de él, así que no pudo verla.—
Ella había estado tan ansiosa por hablar con él sobre lo que pensaba del CEO antes, pero ahora no veía ninguna razón para hacerlo, —Sí, lo hice.
—¿Y qué piensas de él ahora que lo has conocido? —Tom preguntó con curiosidad.
—No pienso nada —dijo Lucy con sequedad.—
—¿Nada en absoluto? —Tom preguntó, sonando ligeramente sorprendido.
—Sí.
—¿Estás bien? —Tom preguntó preocupado, preguntándose por qué parecía que se estaba obligando a hablar con él. ¿Hizo algo mal? ¿Estaba enojada con él? ¿Podría ser porque no pudo ir al almuerzo como habían acordado?