Una vez que Tom volvió a su oficina, llamó a la línea de Harry y le pidió que lo encontrara en su oficina de inmediato.
Lo primero que notó Harry al entrar a la oficina fue la ausencia de Lucy y luego el ceño fruncido en el rostro de Tom: —¿Le dijiste a tu asistente que saliera?
El ceño de Tom se acentuó: —¿Lucy? No. ¿Por qué? —Tom preguntó con curiosidad.
—Simplemente me sorprende que no esté en su puesto. Sabes que casi nunca sale de su oficina, así que me preguntaba adónde había ido. De todos modos, ¿por qué me llamaste? —Preguntó Harry, cambiando de tema.
—Llámala y averigua dónde fue —, Tom instruyó. ¿O acaso su secretaria no le entregó la comida según lo indicó y fue a buscar su comida? Tom se preguntaba.
—De acuerdo —, dijo Harry y marcó la línea de Lucy.
Lucy, quien estaba a punto de presentarse a Anita, hizo una pausa cuando su teléfono comenzó a sonar y notó que la llamada era de Harry: —Discúlpame —, dijo a Anita mientras se alejaba de ella.
—Hola, señor —