Bryan, quien estaba tumbado en la cama junto a Sonia que estaba sentada, la observaba mientras trabajaba en su computadora portátil y le sonrió cuando ella lo sorprendió mirándola.
—Se supone que debes estar ensayando tus líneas, no viéndome —le recordó.
—Eres más interesante que las líneas, prometida —dijo Bryan, y Sonia rió.
—¿Cuándo crees que tu cuerpo comenzará a cambiar para adaptarse a nuestro pequeño? —Bryan preguntó con curiosidad y Sonia levantó una ceja.
—¿Por qué? ¿Para asegurarte de no estar aquí para verme engordar y ponerme fea? —preguntó ella, y él sonrió.
—No creo que pudieras ser gorda y fea —dijo Bryan acercándose a ella para poner su mano en su abdomen plano.
—Estoy deseando ver los cambios. Leí que los pechos se llenan más cuando estás embarazada y…
—¿En serio? Nunca supe que preferías pechos grandes. ¿Entonces mis pechos son muy pequeños para ti? —Sonia interrumpió con una ceja levantada.