Lucy tenía muchas cosas en mente mientras conducía al trabajo muy temprano la mañana siguiente. Aunque aún no era hora de reanudar en la oficina, pero pensó que estaba mejor allí que en casa con sus padres. Quería estar sola.
¿Dónde estaba Tom? ¿Qué estaba pasando con él? ¿Estaba bien? Reflexionó.
Aún no había sabido de él desde la conversación que habían tenido en su oficina el día anterior antes de su desayuno, y a pesar de todos los mensajes e imágenes que le había enviado, no había obtenido ninguna respuesta.
Bueno, para ser justos, los mensajes en realidad no se habían marcado como entregados en el momento en que los envió, aunque sí se habían marcado como enviados.
La noche anterior había intentado convencerse de que tal vez estaba ocupado con una serie de reuniones y había apagado su teléfono para evitar distracciones.
