Cuando Jade estacionó el coche frente a la estación, Harry ya había transferido todos los archivos que había recibido de Barry a ella, así que se había quedado en su coche mientras los revisaba.
Una sonrisa torcida tiraba de sus labios mientras veía la evidencia en video muy clara que Barry había adjuntado. Este iba a ser un caso muy interesante, y Harry tenía razón. Sería muy bueno para su carrera.
Jade salió de su coche y, con pasos seguros, entró a la estación y se acercó al primer escritorio que vio.
—Buenos días, oficial. Soy Jade Hank, y estoy aquí para ver al Sr. Bateman —dijo Jade, y el oficial levantó una ceja.
—¿Cuál es su relación? —preguntó el oficial, mirándola detenidamente.
—Le voy a representar en la corte si aún no tiene abogado —respondió Jade rápidamente, y el oficial la miró como si hubiera perdido la razón.
—¿Conoce los detalles del caso? ¿Sabe que la víctima es el único hijo del juez principal? —preguntó el oficial, y Jade le mostró una sonrisa.