Lucy apretó los labios mientras miraba a Sonia, que parecía que comenzaría a llorar en cualquier momento. Había muchas cosas que quería decir, pero estaba tratando de ser cuidadosa con sus palabras ya que no quería herir a Sonia ni decir algo por lo que tendría que disculparse más tarde.
—Te quiero, Sonia. En serio, pero puedes ser muy molesta, ¡y esta actitud tuya es inaceptable! —Dijo Lucy con firmeza.
—¿Qué quieres que haga? ¿Quieres que me eche a llorar en tus hombros y sea un desastre? Dime, ¿eso es lo que quieres? —Preguntó Sonia, y Lucy negó con la cabeza.
—No. Ese no es el punto, y tú sabes de lo que estoy hablando. Entro en tu apartamento y la primera bienvenida que recibo como tu mejor amiga es que no soy necesaria. ¿Sabes lo molesto que suena eso? —Preguntó Lucy, comenzando a enfadarse de nuevo.
—Yo...