Harry observó a Jade con una expresión cautelosa mientras ella hablaba, cuidando no revelar nada, aunque en realidad estaba muy sorprendido de que ella finalmente hubiera llegado a decir lo que quería.
Esto era interesante. Al menos ahora podrían dejar de jugar juegos y actuar como dos adultos maduros sensatos.
—Deberías decir algo —Jade lo instó con un ligero fruncimiento de ceño cuando él simplemente la siguió mirando.
—No estoy seguro de entender lo que quieres decir, Esquire —dijo Harry mientras se acercaba a ella y colocaba una corta hebra de cabello detrás de su oreja.
El roce de su dedo contra su piel hizo que su corazón saltara en su pecho como una trucha atrapada, y ella tragó saliva al tratar de concentrarse en él. En su conversación.
—Quiero que solo tengas ojos para mí —dijo Jade, y Harry asintió con el pensamiento.
—Ahora me pregunto por qué querrías que solo tenga ojos para ti, Esquire. Por favor, dime —dijo Harry mientras miraba a los ansiosos ojos de Jade.