—Pon en marcha el coche, Tom, y avisa al hospital que vamos —gritó Harry presa del pánico mientras intentaba cargar a su padre sin importarle su peso.
Lucy, que seguía llorando, se adelantó a ellos hasta la puerta y la mantuvo abierta mientras Tom pasaba rápidamente junto a ella para tomar el ascensor privado de su oficina hasta el estacionamiento privado, e Harry hizo lo mismo cargando a su padre.
En cuanto Tom entró en su oficina, Jamal, que todavía estaba sentado en su silla y giraba, se levantó y miró a Tom con ojos alarmados mientras lo veía correr hacia el ascensor.
Aún intentaba comprender lo que estaba pasando cuando Lucy y Harry, que llevaba a Aaron, entraron apresuradamente en la oficina, y Lucy rápidamente pulsó el botón del ascensor mientras la secretaria de Harry los miraba con el ceño fruncido preocupada, preguntándose qué estaba pasando.