Mientras Sonia caminaba por el pasillo con Tom, le echó un vistazo, contemplando si debía hablar con él o no sobre la decisión matrimonial de Lucy.
Sabía que realmente no era asunto suyo y que debería mantenerse fuera de la relación de la pareja, pero pensó que él podría necesitar a alguien más con quien hablar al respecto.
Necesitaba hablar con alguien que conociera a Lucy, al menos, y que tuviera en mente lo mejor para ambos. Quería asegurarle que Lucy lo amaba, independientemente de su decisión de no casarse. Y quería saber sus pensamientos sobre la decisión de Lucy antes de hablar con Lucy de nuevo, ya que Lucy aún no le había contado cómo lo resolvieron en el coche o si lo habían resuelto.
—Lo siento... —comenzó Sonia, y Tom, que había estado caminando a su lado en silencio mientras pensaba en los tristes ojos de Lucy, se volvió para mirarla con confusión.
—¿Me estás hablando a mí? —preguntó, preguntándose a quién iba dirigida la disculpa.
—Sí.
—¿Por qué lo sientes?