Harry miró a Jade mientras comía en silencio, y se preguntó por qué de repente se había quedado tan callada. No era habitual en ella no tener una cosa u otra de qué hablar a menos que estuviera molesta por algo.
—¿He dicho algo que te haya molestado? —preguntó preocupado después de no encontrar nada que pudiera haber dicho para molestarla.
—No, no lo hiciste —Jade le aseguró mientras bebía de su lata de jugo.
—¿Estás segura? Lo siento si lo hice —dijo Harry, y esta vez ella le sonrió mientras lamía su labio inferior, un gesto que atrajo la mirada de Harry a sus labios, y su corazón se aceleró cuando recordó cómo ella había lamido sus labios de esa manera antes de chupar su lengua. Sentía mariposas en el estómago y parpadeó para aclarar su mente y poder concentrarse en lo que ella estaba diciendo.