Anita estaba ocupada revisando unos documentos en su computadora portátil cuando escuchó un golpe en su puerta. Levantó la cabeza justo cuando la puerta se abrió y entró su hermana mayor embarazada.
—¡Lisa! Qué agradable sorpresa —dijo Anita con una sonrisa sorprendida mientras se levantaba y abrazaba a su hermana mayor, quien sonrió.
—Espero que no sea un mal momento —preguntó esperanzada, y Anita negó con la cabeza.
—Para nada. Por favor, siéntate, no estreses a mi sobrina —dijo Anita mientras llevaba a su hermana al cómodo sofá de su oficina y la ayudaba a sentarse.
—¿Cómo va el trabajo? —preguntó Lisa mientras miraba curiosamente a su alrededor en la oficina.
—Hermoso. ¿Hay algo que mi sobrina esté antojando? ¿Quizás aperitivos? —preguntó Anita, haciendo sonreír a Lisa. Desde el momento en que le contó a la familia que estaba embarazada, Anita no había dejado de referirse al bebé como su sobrina.