—¿Estás seguro de que no necesitas que te ayude a llevar tus cosas a tu oficina? —Tom ofreció, y Lucy rodó los ojos mientras organizaba sus cosas en una caja.
—¿Por qué necesitaría al CEO para que me ayude a llevar mis cosas cuando puedo tener a mi secretaria para que ayude? Estoy segura de que tienes muchas cosas a las que atender. No te preocupes por mí y sigue con tus negocios. Nos vemos después del trabajo...
—¿Después del trabajo? Nah. Almorzaremos juntos —Tom objetó, y Lucy soltó una risita suave.
—Oh, sí. Olvidé que terminé con mi novio conductor arruinado que usualmente me trae el almuerzo —dijo Lucy, y Tom sonrió.
—Y a cambio me tienes a mí —dijo Tom, extendiendo sus brazos.
—Sí. No podría haber pedido un mejor reemplazo. Ahora discúlpame —dijo Lucy mientras volvía su atención a la caja.
—Pero ya te extraño —dijo Tom, sacando su labio inferior y poniendo una cara tierna.
—Solo voy a otro piso en el mismo edificio. Nos veremos durante el descanso para almorzar, y...