Una vez que fue el cierre del trabajo, Lucy salió del edificio de la empresa y sonrió al ver a Tom de pie junto al coche esperándola como de costumbre. Volvió a usar su ropa casual y no pudo decir si le gustaba más en trajes o en estas prendas que llevaba.
Tom, quien estaba sentado en el capó del coche, intentó contener su sonrisa cuando la vio acercarse con una sonrisa en su rostro, pero falló, —¡Hola, señora! ¿Cómo estuvo el trabajo hoy?— Tom preguntó al bajarse del capó.
—¡El trabajo fue hermoso! No podía esperar a terminar—, dijo Lucy con una sonrisa mientras se subía al asiento delantero del coche con él, —Veo que te quitaste los aretes ya—, observó Lucy.
—Sí. Solo nos detendremos en el salón para arreglar mi cabello antes de regresar a casa. ¿Ya no te vas a sentar en el asiento trasero?— Tom preguntó, mirando la entrada de la empresa donde algunos del personal estaban parados, algunos de los cuales los estaban mirando.